El aceite de maní es un producto esencial en la cocina cotidiana de muchas familias. Su sabor único y sus propiedades saludables lo convierten en una opción popular para la cocción. En este reportaje especial, desvelaremos el fascinante viaje que sigue el aceite de maní desde la materia prima hasta la mesa.
El proceso comienza con los maníes en su cáscara. La descascarillación es el primer paso crucial. Se estima que aproximadamente el 20% del peso total de los maníes en cáscara es la cáscara misma. Una vez descascarillados, los maníes están listos para el siguiente paso de producción.
Existen dos métodos principales para extraer el aceite de los maníes: el prensado en caliente y el prensado en frío. El prensado en caliente se realiza a temperaturas alrededor de 120 - 130 grados Celsius. Este método produce un mayor rendimiento de aceite, alcanzando hasta un 45% de extracción. Además, el aceite obtenido tiene un sabor más intenso. Por otro lado, el prensado en frío se lleva a cabo a temperaturas inferiores a 60 grados Celsius. Aunque el rendimiento es menor, alrededor del 35%, el aceite conserva más nutrientes y tiene un sabor más suave.
Antes de la extracción del aceite, los maníes se someten a un proceso de limpieza y pretratamiento. Esto garantiza que los maníes estén libres de impurezas y estén en las mejores condiciones para la extracción del aceite. Durante este proceso, se eliminan las piedras, las ramas y otros residuos.
La temperatura de tostación es un factor clave en el sabor y la calidad del aceite. Una temperatura adecuada, alrededor de 100 - 110 grados Celsius, puede mejorar el sabor y la estabilidad del aceite. Además, la molienda de los maníes también afecta el rendimiento de extracción del aceite. Una molienda adecuada puede aumentar el rendimiento hasta un 5%.
Para la extracción del aceite, se utiliza una máquina de prensado helicoidal. Esta máquina aplica presión constante para extraer el aceite de los maníes. Durante este proceso, se obtiene un rendimiento de extracción del 40 - 45% en el caso del prensado en caliente y del 30 - 35% en el caso del prensado en frío.
Después de la extracción del aceite, queda una torta de aceite. En lugar de descartarla, muchas empresas la reutilizan. Por ejemplo, se puede utilizar como alimento para animales o como abono orgánico. Esto demuestra el compromiso de las empresas con la protección del medio ambiente y la utilización eficiente de los recursos.
El aceite extraído se somete a un proceso de refinación para eliminar impurezas y mejorar su calidad. Luego, se envasa en botellas y se prepara para ser distribuido al mercado. Este proceso garantiza que el aceite de maní llegue a la mesa de los consumidores en las mejores condiciones.
En resumen, el proceso de producción del aceite de maní es riguroso y detallado. Desde la selección de los maníes hasta el envasado final, cada paso se realiza con esmero y atención. Los consumidores pueden confiar en la calidad de nuestros productos y disfrutar con seguridad del delicioso aceite de maní en sus platos diarios. Esto no solo aumenta la confianza en la marca, sino también la lealtad de los consumidores.