Análisis Comparativo entre Prensado y Extracción por Disolvente en la Producción de Aceite de Sésamo

La producción de aceite de sésamo se sostiene en dos métodos predominantes: prensado mecánico y extracción por disolvente. La elección entre ambos impacta directamente en el rendimiento, la calidad nutricional y el sabor del aceite, así como en la viabilidad operativa según la escala de producción. Este análisis profundiza en las diferencias técnicas y prácticas entre estos procesos, apoyándose en datos empíricos y casos industriales para guiar a productores desde talleres artesanales hasta plantas industriales en su decisión estratégica.

Fundamentos y Escenarios de Aplicación

El prensado es un método físico que obtiene aceite por presión directa sobre las semillas, adecuado para líneas pequeñas y medianas, con menor inversión inicial y respeto al perfil aromático del sésamo. En cambio, la extracción por disolvente, usualmente implementada en plantas industriales, emplea solventes orgánicos (como hexano) para maximizar la recuperación, alcanzando rendimientos de hasta 55-60% de aceite, frente al 40-45% típico del prensado.

Además, la extracción por disolvente requiere equipamiento y controles más sofisticados para manejo de solventes y seguridad, con riesgos inherentes a residuos tóxicos si no se controla adecuadamente. El prensado destaca por su simplicidad y menor huella ambiental.

Comparación en Parámetros Clave: Eficiencia y Calidad

Estudios industriales revelan que el rendimiento de extracción aumenta aproximadamente un 20-25% usando disolventes, aunque ello puede venir acompañado de riesgos en la retención de compuestos antioxidantes sensibles al calor y exposición química. El prensado conserva mejor la vitamina E y lignanos, compuestos bioactivos que contribuyen a la estabilidad oxidativa y beneficios nutricionales del aceite.

En términos de consumo energético, el prensado suele demandar un 30% menos energía, representando costos operativos menores. Sin embargo, la filtración y procesos complementarios como la desgomación para eliminar impurezas son críticos en ambos métodos para asegurar pureza y prolongar vida útil, pudiendo extender la estabilidad oxidativa hasta 12 meses en condiciones óptimas.

Importancia del Control de Temperatura y Procesos Posteriores

La temperatura durante el prensado tiene un efecto dual: temperaturas elevadas (>70°C) mejoran la extracción pero degradan sabor y nutrientes, mientras que temperaturas controladas garantizan un aceite más aromático y nutritivo. La implementación de sistemas precisos de control térmico, como los incorporados en ciertos modelos avanzados de maquinaria para aceite de sésamo, permiten optimizar esta variable con márgenes de error mínimos.

El filtrado y la desgomación, procesos posteriores indispensables, eliminan partículas sólidas y componentes fosfolipídicos que afectan la claridad y estabilidad del producto final, evitando sabores rancios y sedimentación prematura.

Solución a Problemas Comunes y Ajuste de Parámetros

Entre los desafíos recurrentes destacan la baja extracción y la presencia de olores indeseados. Estos suelen estar vinculados a incorrecta regulación de presión, temperatura, humedad del sésamo y limpieza de equipo. Ajustes en presión de prensado y la implementación de ciclos de filtrado con membranas especificas han mostrado mejoras sustanciales en índices de extracción y pureza.

La selección del equipo debe considerar su capacidad de ajuste fino en estos parámetros; por ejemplo, usar prensas con control electrónico permite adaptarse rápidamente a variaciones en calidad de materia prima, optimizando la producción diaria.

Casos Prácticos: Resultados de Usuarios Industriales

En una planta industrial de 10 toneladas por día, la sustitución paulatina del prensado tradicional por un sistema con extracción asistida por disolvente mejoró la recuperación de aceite de 42% a 58%, incrementando la rentabilidad neta en un 28%. Sin embargo, se requirió un riguroso monitoreo de residuos y ajuste de fase de desgomado para asegurar cumplimiento con normativas internacionales.

Para pequeños productores, el mejor balance ha sido mantener el prensado y mejorar la cadena de filtración junto con capacitación en control de temperatura, alcanzando aceites con mejores perfiles organolépticos y fidelidad aromática.