Si estás empezando a hacer aceite de sésamo en casa —ya sea para tu familia o como parte de una pequeña empresa artesanal— este artículo es tu guía definitiva para evitar errores que arruinan el sabor, la calidad y la seguridad del producto.
Consejo del experto: La clave no está solo en cómo fríes las semillas, sino en el control total desde la selección hasta el almacenamiento. ¡Un paso mal hecho puede restarle más de un 30% de valor nutricional!
Usar semillas viejas o con impurezas reduce el rendimiento en hasta un 40%. Busca semillas enteras, sin olor a moho ni color apagado. Idealmente, usa sésamo negro o blanco de origen certificado (como los cultivados en China o Egipto), ya que tienen mayor contenido de aceite natural —entre un 45% y 55%— comparado con variedades comerciales genéricas.
La mayoría cree que quemar las semillas mejora el aroma… pero se equivocan. Un estudio de la Universidad de Shanghái mostró que temperaturas superiores a 160°C oxidan los ácidos grasos insaturados, reduciendo el valor nutricional. Para un aceite de sésamo realmente aromático y saludable, usa una temperatura entre 110°C y 130°C durante el tostado. Y si quieres preservar el sabor natural y los nutrientes, prueba el método de prensado en frío.
En mercados internacionales como Latinoamérica o Europa, la higiene es tan importante como el sabor. Usa utensilios desinfectados, lava bien las manos antes de manipular el aceite, y nunca lo dejes expuesto al aire durante más de 2 horas después de extraerlo. Esto previene contaminación microbiana que puede hacer que el producto se eche a perder en menos de 7 días.
Si eres emprendedor familiar, puedes lograr un rendimiento de hasta 350 ml por cada 500 g de semilla si usas una prensa manual o eléctrica de bajo costo. ¡Y sí! Con nuestro modelo de prensa en frío para uso doméstico, puedes obtener consistentemente un aceite claro, sin residuos y listo para vender como producto premium. Compatible con todo tipo de semillas y fácil de limpiar.
Realidad práctica: Una emprendedora en Perú reportó un aumento del 60% en ventas tras aplicar estos métodos. Su secreto? Envasar en frascos de vidrio con etiquetas claras que incluyan fecha de fabricación y recomendaciones de conservación.