¿Has notado que algunos aceites de sésamo tienen un aroma más intenso o una textura más suave? No es solo cuestión de marca: la diferencia radica en cómo se procesan. Según estudios publicados en la revista Journal of Food Science, los métodos de extracción afectan directamente la calidad nutricional del aceite. En particular, el proceso de prensado en frío (<60°C) conserva hasta un 90% de las vitaminas E y grasas insaturadas, mientras que el prensado caliente puede perder más del 30% de estos nutrientes clave.
“La temperatura durante la extracción es el factor determinante para preservar los compuestos bioactivos. El calor excesivo destruye moléculas sensibles como la tocoferol (vitamina E), reduciendo así el valor funcional del aceite.” – Dr. Ana López, científica alimentaria especializada en aceites vegetales.
No todo el aceite de sésamo es igual. Aquí tienes una comparación práctica:
Característica | Prensado en frío | Prensado caliente |
---|---|---|
Retención de vitamina E | ~90% | ~65% |
Aroma y sabor | Más delicado, natural | Más intenso, ligeramente tostado |
Costo por litro | Moderado a alto | Bajo a moderado |
En restaurantes gourmet como El Sabor de Asia en Barcelona, el chef Miguel Ruiz usa exclusivamente aceite de sésamo prensado en frío para sus ensaladas de quinoa y tofu. “No es solo por el sabor”, dice, “es porque sé que cada gota lleva más nutrientes. Mis clientes lo notan: no solo saben mejor, sino que se sienten mejor después.”
¿Quieres probarlo en casa? Puedes hacer una versión casera con semillas de sésamo crudas, un molino manual o una prensa pequeña. Asegúrate de mantener la temperatura bajo los 60°C —¡la clave está en la paciencia!
Tu cocina merece un comienzo más saludable. ¿Ya usas aceite de sésamo prensado en frío? ¿O estás listo para cambiar tu rutina culinaria desde la base?